Información general de los silentes

Sordera

Aproximadamente del 0.1 al 0.2% de la población general padece sordera. Se dice que hay sordera cuando el umbral auditivo se ha perdido por arriba de los 92 decibeles de intensidad, pudiendo además existir además de la sordera, trastornos del equilibrio. La sordera desde el punto de vista fisiológico, se clasifica según la parte del oído donde se localiza la disfunción, mas dividida existen los siguientes tipos:

Sordera conductiva

Este tipo de sordera disminuye la agudeza auditiva para los sonidos puros, así como para escuchar la voz de otra persona con intensidad normal. El daño en el oído en este tipo de sordera es debido a la interferencia del sonido en algun lugar comprendido entre el oído externo y el oído medio. La interferencia puede ser causada por obstrucción del sonido en el conducto auditivo externo, causado por cuerpos extraños, acumulación de cerumen o infecciones. Puede también aparecer sordera como resultado de perforaciones de la membrana timpánica, lesión de los huesillos, adherencias en la caja, presencia de secreciones en el espacio aéreo del oído medio o por fijación de la cadena. Este tipo de sordera se caracteriza por el hecho de que las prótesis y o la cirugía pueden recuperar la audición.

Sordera sensorineural

La causa en este tipo de sordera se encuentra en el mismo oído interno o en el nervio que conduce el impulso eléctrico al cerebro. El daño afecta la agudeza auditiva, la inteligibilidad y la claridad de los sonidos de la persona que escucha. En este tipo de padecimientos, ni la cirugía o las prótesis auditivas pueden restablecer la audición.

Sordera cortical

Poco se conoce sobre este tipo de sordera, en la que la audición se deteriora debido a una lesión de la corteza cerebral o sus conexiones hacia ella. Ni cirugía ni prótesis ayudan a mejorar la audición.

Sordera súbita

Es una perdida completa o casi completa de tipo sensorineural de presentación casi siempre unilateral y en forma súbita. Se presenta en una de cada 5000 personas cada año. La aparición brusca del cuadro sugiere una causa viral o vascular como (infarto, embolismo, trombosis o sangrado en el órgano de Corti) El cuadro tiende a presentarse en niños y en adultos jóvenes caen sin antecedentes de trastornos vasculares. Los hallazgos histopatológicos en el hueso temporal son parecidos a los observados en disecciones de temporales de animales de experimentación, en los que se les ha provocado una oclusión vascular, e idénticos a los observados en lesiones virales del oído humano que provocan sordera súbita, como en paperas y sarampión, laberintitis viral endolinética, influenza, viruela, mononucleosis y otros adenovirus causantes de sordera súbita. El tratamiento inmediato recupera, en la mayoría de los casos, gran parte de la audición perdida. Los pacientes añosos o con diabetes tienen menos posibilidades de recuperación auditiva.

Laberintitis Viralendolinfatica

Los hallazgos patológicos se parecen entre sí aunque su origen viral sea diferente. El órgano de Corti se pierde en su vuelta basal. Células ciliadas desaparecen, y las de ganglio disminuyen: en la misma sección del caracol. Las estrías vasculares se atrofian. La membrana tectoria se enrolla sobre si misma saliendo de su sitio y la membrana de Reissner puede estar colapsada y adherida a la membrana basilar.

Fístulas

Las fístulas perilinfeticas del oído medio e interno, ocurren por lo general cuando existen severos cambios de presión ambiental o en casos de actividad física o mental intensas como, ansiedad o levantamiento de pesas. Las fístulas en la ventana redonda producen sordera súbita o fluctuante y vértigo. En el momento de que la fístula se establece, el paciente suele experimentar un sonido explosivo en el oído afectado. La fístula se diagnostica aumentando y disminuyendo la presión timpánica con una timpanometria con electronistagmografa. La presentación de nistagmo con los cambios de presión timpánica sugiere una fístula perilinfetica.

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